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Diferencia entre el VIH Y EL SIDA

Por: Aracelí Isidro
1 de diciembre de 2022

El Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) son enfermedades de transmisión sexual que se presentan en el sistema inmunitario y que facilitan la adquisición y desarrollo de otras enfermedades. 

El VIH es un virus que entra al sistema inmunitario y destruye cada linfocito TCD4, el rango normal de esta célula inmunitaria es de 800 a 1000 por mm3 de sangre, su descenso y afectación permite que el virus se multiplique y el cuerpo humano quede debilitado, propenso a contraer nuevas enfermedades, si no hay tratamiento evoluciona en SIDA. 

El SIDA es el resultado de la infección por VIH, se trata de la fase más avanzada de este virus. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), si una persona contagiada de VIH no recibe tratamiento en el transcurso de ocho a 10 años empezará a mostrar síntomas de SIDA

El VIH se puede transmitir:

  • Por relaciones sexuales donde existe la penetración sin protección, ya sea anal o vaginal, ya que en ambos casos este virus se localiza en los fluidos corporales. Otras posibilidades de contraerlo es por medio del contacto directo con la sangre de una persona infectada, por ejemplo, compartir agujas contaminadas. También se puede transmitir por medio de la leche materna o bien durante el embarazo. 

De acuerdo con el informe “Actualización Mundial sobre el SIDA 2022” de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en todo el mundo hay, aproximadamente, cada día, 4 mil contagios de VIH, de esta cifra, por lo menos, una cuarta parte son de jóvenes de los 15 a los 24 años. 

A pesar de que el mayor número de diagnósticos positivos se encuentra en los hombres, la población en general está en riesgo si no se cuenta con una inducción a la salud sexual y reproductiva, o bien, hay descuidos significativos con el contacto sanguíneo con personas que han dado positivo al VIH. 

"Tengo VIH": el testimonio de Perla

No sé bien cuando me contagié, por lo que me han dicho los doctores que me atienden, he calculado, pero decirte una fecha exacta no puedo”, comenta Perla una paciente de la Clínica Especializada en VIH Condesa de la alcaldía Iztapalapa en la Ciudad de México. 

A los 24 años, luego de 10 años de no tener relaciones sexuales, inició un noviazgo con un vecino que tenía problemas de adicción a las drogas: “tuve relaciones sexuales sin protección, sabía que había que cuidarse, pero no lo hice, creí que era el amor de mi vida y hasta de hijos habíamos hablado. Luego me di cuenta de que él ya tenía otra pareja, yo me deprimí y recuerdo que fue la primera vez que me enfermé muy feo”

En diciembre del 2015, Perla fue diagnosticada con bronquitis infecciosa, ella pensó que se había deprimido tanto que por eso se había enfermado, incluso recuerda, pesaba unos 65 kilogramos y después de la enfermedad llegó a pesar 10 kilos menos. 

“No si fue él, la idea es que todos me decían que había bajado de peso porque estaba deprimida y pues como me compuse, ya después seguí con mi vida y tuve otras parejas con los que tampoco me cuide cuando estuve con ellos”

A principio de marzo del 2019, la joven ya de 30 años comenzó con un dolor en el vientre y con lo que pensaría era una infección vaginal, con picazón en la vagina y un flujo amarillo. Apenas llevaba tres meses con su nueva pareja y le contó lo que pasaba, así que fueron a un consultorio de bajo costo, ahí le recetaron unos óvulos y una crema. 

Dos días después Perla despertó con unas manchas negras en los labios vaginales. Le daba pena ir al doctor, pero esas manchas le dolían y al parecer también sangraban porque dejaban un flujo café y rojo en su ropa interior. 

Fue al hospital general cerca de su casa y le dijeron que tenía Virus del Papiloma Humano (VPH) comenzó su tratamiento, porque ya era avanzado y podría tener cáncer, para ello la enviaron al Centro de Salud. Esas manchas no eran todo, tenía dolor de cuerpo, tos, gripa y algunos días, fiebre. 

Me sentía muy débil, dejé el trabajo, me la pasaba en cama, no tenía fuerza para nada, ni para comer, había días en los que solo dormía. Me la pasé así hasta que llegó diciembre del 2019 y me dio pulmonía, entonces pensaron que era, porque estaba de hospital en hospital haciendo citas para atender lo del VPH”

Un año después de la detección de VPH, Perla continuaba enfermándose seguido de tos, gripa y fiebre, luego de la pulmonía, comenzó una nueva pérdida de peso a tal grado de permanecer en menos de 45 kilogramos, su piel se veía delicada y delgada. 

Las citas al Centro de Salud eran casi diarias, le dijeron que tal vez era asma, le dieron medicamento y continuaba con las citas para atender el VPH. “Cuando inició la pandemia de COVID, yo ya estaba muy mal, flaca, hasta la cabeza se me veía más grande que el cuerpo, no podía dormir por la tos y pensé que tal vez lo que tenía era el nuevo coronavirus”. 

Fue hasta junio del 2020 cuando la médico de un nuevo Centro de Salud al que acudió, le dijo que su historial ya era alarmante y le preguntó que si alguna vez, desde que le diagnosticaron el VPH le habían hecho una prueba de VIH. 

“Me sorprendí, porque esas enfermedades (VPH y VIH) solo las había visto en las tareas de mis sobrinos y pues era como la muerte. En ese momento la doctora del Centro de Salud me dijo: tengo pruebas aquí, permíteme tantito. Sacó una gasa de un paquetito, me limpió el dedo de mi mano y puso una gotita de mi sangre en una cajita blanca, me dijo que funcionaban parecido a las pruebas de embarazo, si salían las rayitas era que sí tenía VIH”

El resultado fue positivo, “como ahora tenía VIH tenía que cuidarme más porque ya de por sí las cosas con el cáncer no iban bien, me dijeron que me iban a hacer una cirugía, pero tenía muy inflamado ahí (vagina) y luego estaba lo del COVID, entonces los hospitales estaban llenos de gente y era difícil que te atendieran”.

Fue hasta finales de julio del 2020 cuando le dieron una cita en la Clínica Especializada Condesa Iztapalapa, ahí volvieron a practicarle una prueba rápida de VIH y el mismo día un examen de sangre para confirmar, la enviaron al oftalmólogo porque los últimos años, aunque ya ocupaba lentes para mejorar su visión, su graduación había aumentado. 

Me dieron aquí (en la clínica) pastillas (retrovirales), diario tengo que tomarlas a la misma hora no se me puede pasar, desde que me las dieron ya me siento mejor, hasta volví a subir de peso, ya estoy casi como estaba antes, se me fue el cansancio, he podido con eso (VIH) pero todavía queda lo del cáncer, se supone que me van a operar y quitar una parte que ya está muy infectada porque esas manchas negras están muy dentro de mí”. 

Síntomas y fases del VIH

Luego del que el virus del VIH ingresa al sistema inmunológico y a cada uno de los linfocitos, el cuerpo queda desprotegido y es propenso a adquirir o desarrollar enfermedades que una persona saludable podría combatir. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) determina que la inmunodeficiencia provocada por el virus de VIH, aumenta el riesgo de contraer infecciones y cáncer. 

La OPS estima que en función de la persona, el SIDA puede aparecer entre los 2 primeros años o los 15 años luego de haberse contagiado de VIH, esto sucede porque no se recibió un tratamiento o no hubo un diagnóstico oportuno, derivado de que no se presentaron síntomas en los primeros meses o por falta de información acerca del virus

Es posible que luego de dos semanas de haber contraído el virus se presenten síntomas como:

  • Fiebre
  • Dolor de garganta

Pero en otros casos no se hacen visibles hasta que el VIH avanza con mayor rapidez. 

Algunos de los síntomas cuando el sistema inmunitario está deteriorado y próximo a SIDA son, de acuerdo con la OPS, los siguientes:

  • Inflamación de los ganglios linfáticos
  • Pérdida de peso
  • Fiebre
  • Diarrea
  • Tos

Los factores de riesgo pueden disminuir si se conocen, o si existe un acercamiento a la salud sexual, el uso correcto de preservativos en las relaciones sexuales, sobre todo en las que existe penetración vaginal o anal. 

Son importantes las revisiones rutinarias con un especialista de salud que además, acompañe los diagnósticos con pruebas de sangre rápidas que sean capaces de determinar si la persona se encuentra saludable. 

En el caso del médico tratante de alguna Enfermedad de Transmisión Sexual (ETS) es importante que descarte en sus pacientes cualquier otro tipo de padecimientos con síntomas similares, ya que pueden llevar a un diagnóstico erróneo o tardío. Por lo que se recomienda hacer uso de las pruebas rápidas o de consultorio para obtener valoraciones y tratamientos a tiempo para sus pacientes.

En la actualidad hay campañas de salud con pruebas rápidas que consisten en una única punción en el dedo índice de la persona con resultados en aproximadamente 20 minutos, algunos centros de salud y consultorios de salud pública se han apoyado de ellas con resultados favorables en tratamientos oportunos a la población.


Fuentes: 

Entrevista Síntomas del VIH, 17/11/2022, testimonio protegido de la Clínica Especializada Condesa-Iztapalapa “Dr. Jaime Sepúlveda Amor”. Combate de Celaya s/n, Col. Unidad habitacional Vicente Guerrero, Iztapalapa, Ciudad de México. 

PAHO. VIH Y SIDA. 2021. Consultado en https://www.paho.org/es/temas/vihsida el 28 de noviembre de 2022

OMS. Infección por el VIH. 2022. Consultado en https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/hiv-aids el 28 de noviembre de 2022.

ONUSIDA. Actualización mundial sobre el Sida 2022. Consultado en https://www.unaids.org/sites/default/files/media_asset/2022-global-aids-update-summary_es.pdf el 29 de noviembre de 2022

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